viernes, 26 de febrero de 2010

Glenn Gould, Beethoven Piano #5

El 5to Concierto para Piano de L. van Beethoven con el gran pianista Glenn Gould








domingo, 21 de febrero de 2010

Papageno, Ein Mädchen oder Weibchen




Ein Mädchen oder Weibchen
Wünscht Papageno sich!
O so ein sanftes Täubchen
Wär' Seligkeit für mich!
Dann schmeckte mir
Trinken und Essen,
Dann könnt' ich mit
Fürsten mich messen,
Des Lebens als Weiser mich freun,
Und wie im Elysium sein!
Ein Mädchen oder Weibchen
Wünscht Papageno sich!
O so ein sanftes Täubchen
Wär' Seligkeit für mich!
Ach, kann ich denn keiner von allen
Den reizenden Mädchen gefallen?
Helf' eine mir nur aus der Not,
Sonst gräm' ich mich
wahrlich zu Tod!
Ein Mädchen oder Weibchen
Wünscht Papageno sich!
O so ein sanftes Täubchen
Wär' Seligkeit für mich!
Wird keine mir Liebe gewähren,
So muß mich die Flamme verzehren!
Doch küßt mich ein weiblicher Mund,
So bin ich schon wieder gesund!




Una muchacha o una mujercita
es lo que Papageno desea.
¡Oh, una suave pichoncita
sería para mí la bienaventuranza!
Entonces me sabrían bien
la comida y la bebida,
entonces podría competir
con los príncipes,
disfrutaría la vida como un sabio
y estaría como en el Elíseo.
Una muchacha o una mujercita
es lo que Papageno desea.
¡Oh, una suave pichoncita
sería para mí la bienaventuranza!
¡Ay! ¿Pero es que nunca
gustaré a ninguna de todas esas
encantadoras muchachas?
Que alguna me saque de mi miseria;
de lo contrario, moriré de dolor.
Una muchacha o una mujercita
es lo que Papageno desea.
¡Oh, una suave pichoncita
sería para mí la bienaventuranza!
¡Si ninguna me concede su amor,
me consumirán las llamas!
¡Pero si me besa una boca de mujer,
enseguida estaré sano otra vez!

viernes, 5 de febrero de 2010

El joven a sus juiciosos consejeros

¿Pretendéis que me apacigüe? ¿Que domine
este amor ardiente y gozoso, este impulso
hacia la verdad suprema? ¿Que cante
mi canto del cisne al borde del sepulcro
donde os complacéis en encerrarnos vivos?
¡Perdonadme!, mas no obstante el poderoso impulso que lo arrastra
el oleaje surgente de la vida
hierve impaciente en su angosto lecho
hasta el día en que descansar en su mar natal.

La viña desdeña los frescos valles,
los afortunados jardines de la Hesperia
sólo dan frutos de oro bajo el ardor del relámpago
que penetra como flecha el corazón de la tierra.
¿Por qué moderar el fuego de mi alma
que se abrasa bajo el yugo de esta edad de bronce?
¿Por qué, débiles corazones, querer sacarme
mi elemento de fuego, a mí que sólo puedo vivir en elcombate?

La vida no está dedicada a la muerte,
ni al letargo el dios que nos inflama.
El sublime genio que nos llega del Éter
no nació para el yugo.
Baja hacia nosotros, se sumerge, se baña
en el torrente del siglo; y dichosa, la náyade
arrastra por un momento al nadador,
que muy pronto se sumerge, su cabeza ceñida de luces.

¡Renunciad al placer de rebajar lo grande!
¡No habléis de vuestra felicidad!
¡No plantéis el cedro en vuestros potes de arcilla!
¡No toméis al Espíritu por vuestro siervo!
¡No intentéis detener los corceles del sol
y dejad que las estrellas prosigan su trayecto!
¡Y a mí, no me aconsejéis que me someta,
no pretendáis que sirva a los esclavos!

Y si no podéis soportar la hermosura,
hacedle una guerra abierta, eficaz.
Antaño se clavaba en la cruz al inspirado,
hoy lo asesinan con juiciosos e insinuantes consejos.
¡Cuántos habéis logrado someter
al imperio de la necesidad! ¡Cuántas veces
retuvisteis al arriesgado juerguista en la playa
cuando iba a embarcarse lleno de esperanza
para las iluminadas orillas del Oriente!

Es inútil: esta época estéril no me retendrá.
Mi siglo es para mí un azote.
Yo aspiro a los campos verdes de la vida
y al cielo del entusiasmo.
Enterrad, oh muertos, a vuestros muertos,
celebrad la labor del hombre, e insultadme.
Pero en mí madura, tal como mi corazón lo quiere,
la bella, la vida Naturaleza.

Friedrich Hölderlin

La vida es para vivirla, no para morir ni para la pereza ni el letargo.

"Vivamos resueltamente, de manera total, plena y bella" Nietzsche

Vomito a los tibios de espíritu.

Me repugnan los tibios de corazón, los mediocres de espíritu, los que no pueden gritarle SÍ a la vida con todo su sufrimiento y su alegría.
Me dan nauseas quienes tengan miedo de vivir, quienes tengan miedo de guiarse por sus instintos, quienes no puedan tomar una postura, opinión o idea y defenderla hasta el fin.
El hombre trágico se caracteriza por la aceptación de la vida, sabe de la finitud y del sufrimiento de los entes individuales y aun asi acepta la vida: le dice "sí".
El consuelo metafisico que nos deja la tragedia consiste en saber que en el fondo, a pesar de su profundo dolor, la vida es indestructiblemente bella, poderosa y placentera. Profundo es el dolor, pero el placer lo es aun más.
La vida vale la pena no para vivir examinándola, sino para vivirla: vivir para vivir, vivir para reir, para servirnos de la vida y elevarnos como se eleva una ola sobre el mar, para vivir resueltamente, de manera total, plena y bella.

Paulina Rivero Weber en "Nietzsche, verdad e ilusión"